PSICOLOGÍA DEL CONSUMIDOR

En el mundo contemporáneo se ha suscitado un fenómeno socioeconómico global que ha afectado a gran parte de la población urbana de nuestro país: el consumismo. Para hablar de este fenómeno es preciso primero saber quién es el consumidor. Además resulta importante averiguar cómo es su comportamiento y de acuerdo a qué criterios este basa su actitud frente a los productos o servicios.
Todas las organizaciones industriales, gubernamentales, comerciales, o de cualquier índole, poseen un “producto” y una “población como blanco”. Es decir, poseen un servicio con determinadas características que se ofrece a una población previamente estudiada y delimitada.
Para ello, la psicología del consumidor se encarga de explicar estos fenómenos, identificando al hombre como consumidor de bienes o servicios, y lograr predecir los patrones de comportamiento que a este rigen, para influir en la posible predisposición que tenga en adquirir un “producto”. El consumidor objetivo de alguna ciudad norteamericana posee características diferentes a las de alguno de nuestra ciudad. La psicología del consumidor estudia la conducta del ser humano adecuándose siempre a factores externos e internos.
El ser humano basa su predisposición en actitudes, la cual es definida por S. Britt como “estado interno hipotético utilizado por los teorizantes para explicar el comportamiento humano, el cual posee un objeto de referencia muy claro e implica cierto grado de afecto positivo o negativo”.
Entonces, ¿de qué manera estas actitudes son formadas en las personas comunes y corrientes, como nosotros?
Estas son moldeadas por las variables socioculturales del individuo, a los cuales se subdividen en:
1.       Subculturas étnicas.
2.       Subculturas de edades
3.       Subculturas geográficas
4.       Subculturas de clase social
Fuente: Psicología del consumidor, Capítulo 8, Morales F.

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